La UNI en su nudo gordiano

La Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, parece haber contribuido a enredarse sola en un nudo que según luce, irá más allá que el de su difícil localización y el descuido medioambiental de su entorno inmediato.

• Introdujo la especialidad de economía, incluyendo temas importantes de desarrollo, y al salir de sus edificaciones la pobreza se enfrenta cara a cara y cotidianamente.

• Tiene una vieja especialidad de ingeniería que también estudia temas viales, y a su salida está la perfecta manifestación de congestión y desorden vehicular.

• Privilegió una carrera de ingeniería ambiental, y al salir –y seguramente en su interior– la contaminación sonora, del aire y desechos sólidos están a la mano y son permanentes.

• También estudia la construcción de puentes, pero aquel de tipo peatonal que permite cruzar la avenida frontal, hay que mirarlo, rezar y temblar.

• Tiene una especialidad para controles y sensores, pero ninguno instalado para la vigilancia de la seguridad, especialmente si sale de noche de sus instalaciones. Muchas de las clases son ahora de tarde y de noche.

Finalmente, aquella UNI a la que sólo acceden los más estudiosos del país, formó ingenieros, arquitectos y planificadores, que nos ofrecen ahora una vía principal fraccionada. Un eje central importante para el tránsito del futuro servicio público. Dos laterales más pequeños. El del frente de la Universidad, recoge a quienes llegan de la Av Francisco Pizarro, a los que llegan de la Av Caquetá, y se juntan con quienes provienen de la Av Habich, y concurren en un embudo hacia la numerosa población del cono norte. Todos pasando por las puertas 1, 2, 3, 4 y 5. Los volúmenes no han sido estudiados, pero difícilmente dejarán de ser numerosos. De otra parte, todos sabemos que hay muchos otros elementos que acompañan al tráfico.

Como en la ingeniería de la complejidad, las condiciones se han dado para que emerja un encierro que la institución no merece. Pero como en la vieja solución alejandrina, el nudo tendrá que cortarse o desatarse. O abandonar el lugar.
Lima, agosto del 2009.